Para entender por qué notamos más caída del cabello, hemos de saber el ciclo natural del cabello. Éste cambia cada dos a seis años.

Nuestro pelo crece continuamente, la mayoría está en etapa de crecimiento, pero algunos paran ese crecimiento y se ponen en una fase como de reposo. Es lo que denominamos fase telógena y este es el cabello que va a caer durante los dos a seis meses. Una vez a caído, el ciclo se repite hasta que no vuelve a crecer. Este ciclo comienza de nuevo cada tres meses aproximadamente.

Durante el verano, el cabello suele estar más fuerte, por la misma naturaleza que necesita el cabello para protegernos del sol. El cabello que se ha mantenido en la cabeza, pero que estaba en periodo de no desarrollo (fase telógena, que dura hasta tres meses),  es el que vamos a perder en otoño, y hasta pasados unos meses no va a volver a crecer de nuevo.

La renovación y caída del cabello es normal y forma parte del proceso natural del ciclo del cabello y no sólo en humanos, también los animales pierden más el cabello durante algunas estaciones como el otoño y la primavera.

Podemos considerar que es normal perder de cincuenta hasta cien cabellos diarios, aunque esto no quiere decir que vayamos a perder los 50 cabellos cada día de una vez. Muchos cabellos se quedan en la cabeza y cuando los cepillamos o nos lavamos el pelo es cuando los encontramos en el cepillo o en la ducha.

Si es así no debemos preocuparnos demasiado, el cabello normalmente volverá a crecer.

Sin embargo, cuando perdemos más de 100 cabellos diarios es cuando deberíamos preocuparnos más, y cuando es posible que se vea más fino y débil. Y empezamos notar más claridades en el cuero cabelludo.

Una de las grandes preocupaciones de todos los padres es mantener altas y proteger las defensas de bebés y niños, de nuestros hijos, para evitar en la medida de lo posible cualquier infección.

La preocupación por la salud de los más pequeños es natural entre los padres, esta preocupación por protegerlos ha ido en aumento a raíz de la aparición en nuestras vidas de la pandemia por coronavirus que afecta ya a muchas personas de nuestro país y del mundo y la reciente vuelta al cole en la nueva normalidad.

Sistema inmunitario del bebé y coronavirus: cómo actuar sin agobiarse

Hay varios factores que van a determinar en gran medida el sistema inmunitario de un bebé. Si el parto ha sido vaginal, si ha tomado lactancia materna, el uso mínimo de antibióticos con la consecuencia poca perdida o alteración de flora microbiana del intestino, la convivencia con animales…

Mientras los niños son pequeños tienen tendencia a tener las defensas bajas dado que su sistema inmunológico está desarrollándose todavía.

Se considera normal que un bebé antes de los dos años tenga una media de 12 procesos infecciosos leves al año y estos son normalmente a nivel respiratorio.

En los primeros meses de vida del bebé tiene los anticuerpos que le paso su madre por la placenta, durante el parto y los que le trasmite con la lactancia materna.

Incluso si toman lactancia artificial, los 4 primeros meses de un niño no suele enfermarse mucho. Pero todas estas defensas son “prestadas”, el sistema inmunitario de un niño tiene que desarrollarse y hacerse fuerte por él mismo y con la ayuda de las vacunas, aunque con ellas no se abarca todo el espectro de virus y bacterias que pueden atacar a un niño en su vida diaria.

Los ataques externos del día a día serán: bajas temperaturas, guardería, colegios, parque… si tu hijo no tiene un sistema inmunitario fortalecido cualquier patógeno externo puede provocar en un niño un resfriado o catarro que se puede complicar.

Consejos para ayudar a las defensas de los niños

Desde la parafarmacia Salunatur os proponemos unos consejos que podemos aplicar con nuestros pequeños para ayudar a sus defensas:

1. Evitar la exposición al tabaco, muchos niños son fumadores pasivos teniendo mayor probabilidad de desarrollar bronquitis, asma, neumonía y otitis.  Los niños asmáticos tienen síntomas más graves y más frecuentes.
2. Tomar frutas y verduras por su alto contenido en vitaminas y minerales. Mantener una alimentación variada con nuestros hijos, equilibrada y rica en frutas y verduras. Las vitaminas (especialmente la C) y los minerales (especialmente el zinc) son muy importantes.

Asegurarnos que reciba un 50% de hidratos de carbono (pan, pasta, patatas, arroz,…), un 15% de proteínas (carnes, pescados, huevos, jamón, legumbres,..) y un 35% de grasas (las propias de las carnes o pescados, el aceite de oliva,…) de aporte diario a su dieta.

Complementos que fortalecen las defensas y el sistema inmune

Existen complementos nutricionales específicos para niños a base de probióticos, aceites esenciales, equinácea, própolis, vitaminas y muchos otros que pueden ayudar a proteger las defensas de bebés y niños

Jalea Real:

La jalea real es un producto que las abejas obreras fabrican para alimentar a la abeja reina, que le servirá para ser mucho más longeva. Contiene agua, azúcares, grasas, proteínas, minerales y múltiples vitaminas, como las del grupo B. Se sabe que la jalea real aumenta la resistencia del cuerpo frente a infecciones o toxinas. Ayuda a aumentar la energía y es ideal en casos de defensas bajas o decaimiento de los niños.

Própolis:

El própolis o propóleo es un producto producido por las abejas a partir de resinas, sustancias balsámicas, secreciones, ceras y otras sustancias procedentes de flores y vegetación. Algunos de sus compuestos naturales más activos son los polifenoles, vitamina A o vitaminas del grupo B. El própolis es una sustancia indispensable para las defensas de los más pequeños porque favorece la resistencia natural del organismo por sus efectos sobre el sistema inmunitario y por sus propiedades como antibiótico natural. Es una sustancia recomendada para combatir los resfriados y los dolores de garganta suaves.

Vitamina C

La Vitamina C disminuye la incidencia, duración y severidad de los resfriados y estados febriles, estimula las defensas naturales del organismo, ayuda a corregir la fatiga, la debilidad, además de prevenir y combatir las infecciones respiratorias. La Agencia Europea del Medicamento reconoce que la Vitamina C contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario y ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga.

Probióticos

Los probióticos están destinados a reforzar la flora intestinal. Esta flora no solo debe ser la correcta para evitar problemas digestivos sino que constituye la primera barrera de defensa del sistema inmune de los niños. Al conseguir tener una flora correcta modulamos todo el sistema inmune consiguiendo que éste funcione correctamente. Son especialmente necesarios después de la toma de antibióticos los cuales han barrido la flora intestinal y con los probióticos podemos regenerarla.

Beta-glucanos

Los beta-glucanos son extractos vegetales (muchas veces proceden de setas o levaduras) que actúan potenciando la actividad de los linfocitos reforzando el sistema inmunitario. Se usan solos o combinados con otros ingredientes en preparados para los más pequeños.

Lo que está claro es que proteger las defensas de bebés y niños es fundamental para que se mantengan saludables y fuertes con la llegada del frío.

Debemos saber que cuando nos referimos a astenia primaveral no es un diagnóstico médico ni existe evidencia científica que demuestre su relación estricta con la primavera, sino más bien se considera una respuesta de adaptación al cambio de luz, temperatura y horarios de esta época del año.

¿Cuánto dura la astenia primaveral?

Es difícil afirmar cuánto duran los síntomas de la astenia primaveral ya que cada cuerpo y organismo es distinto. Por lo general, sus efectos no se extienden más allá de las dos semanas, que es el tiempo aproximado que necesita nuestro cuerpo para adaptarse a todos estos cambios de horario y de temperatura. Si estos síntomas persisten más de lo habitual sería conveniente consultar con el médico.

¿Cómo combatir la astenia primaveral?

A continuación te damos unos consejos para poder combatirla:

• Sigue una dieta sana y equilibrada y tomar alimentos ricos en triptófano, un aminoácido esencial que únicamente se puede obtener de la alimentación y es el precursor de la serotonina, un neurotransmisor que nos ayuda a mantener un buen estado de ánimo.

Además, realiza 5 comidas diarias, es preferible comer menos cantidad pero más a menudo, ya que las comidas copiosas disparan los niveles de glucosa y aumentan la somnolencia

• Mantente bien hidratado bebiendo agua, caldos e infusiones… La deshidratación, entre otras cosas, causa fatiga mental y dificulta la concentración. Eso sí, debes evitar bebidas excitantes como el té y el café ya que dificultan el sueño y el descanso.

Puede ser de gran ayuda tomar jalea real, ginseng, polen, germen de trigo o levadura de cerveza, sustancias naturales de propiedades revitalizantes Pero antes de tomar cualquier suplemento, consulta con un especialista, ya que puede estar contraindicado en ciertos casos.

• Intenta cumplir con las horas necesarias de sueño diarias.
• Practica deporte, la práctica de ejercicio regular te ayudará a que nuestro organismo libere endorfinas, neurotransmisores que generan bienestar, mejoran el estado de ánimo, y reducen el estrés.